Nuestros actos no son el resultado de nuestro libre albedrío
sino simplemente bonitos y tontos esfuerzos
comprendidos entre dos momentos de éxtasis
con la única y triste intención
de hacer la espera menos tediosa y dolorosa.
Sólo unos instantes son verdaderamente intensos,
como el momento en que sentis el suelo de un golpe
después de una concentración asfixiante y sin aliento.
Y el azote que te permite liberar tu energia vital más preciada
hasta ahora oprimida, corrompida y puesta en grave peligro,
consciente y sin hacer caso de su estado
Estamos extrañamente atraídos por momentos de cambio más o menos curiosos,
de hecho, reaccionamos a los acontecimientos climáticos
nadie puede saber, mejor que nosotros la continuación.
Los juegos afectivos parecen ser una cuestión de interesante comunicación
aunque tratamos una y otra vez de abandonar los apéndices emocionales
estamos extasiados y nerviosamente encima del otro
lógicamente con el único objetivo de estar en una nube
y excluir de nosotros la codiciada condición final apagada
No hay comentarios:
Publicar un comentario