Al tener que elegir un rol, sin dudar puse curiosa, que es lo que era, soy(a pesar de mi actual intelecto vegetativo) y seré. No era ni lo uno ni lo otro. Mi vieja adicción a rasguñar la espalda del sujeto con rulos, en los arcaicos tiempos en que mis uñas crecían libremente, no me da ningún titulo. Como tampoco lo da la sublime gratificación que se siente al ser asfixiado, azotado y demás.
Recibí muchos mensajes privados. Como era curiosa algunos solicitaban mi sumisión, otros mi dominación. En particular con estos últimos me he dado, y me sigo dando, unos terribles banquetes de risa. Rapidamente, al darme cuenta de eso, cambie mi perfil a Dominante.
Algunos mandan desdeñables mensajes cuyos horrores de ortografía y gramática lindan la oligofrenia:
dejame ser tu eclabo
¿Y la S? ¿Y la V? Ojo, por suerte no lo escribió con H. Estos sujetos logran que una fantasee con una escena en donde sea castigado recibiendo golpes con un diccionario Sopena hasta que el infeliz quede paralitico. Ademas que no entendieron que es el Ama quien elije a al sumiso, y que el sumiso no tiene ningún derecho a interceder en los designios de la Señora, o Señorita.
Otro punto interesante es el mórbido copy/paste de estos frustrados. He recibido mensajes privados en mi perfil del foro, como también en mis dos Facebooks... completamente iguales!!! Bueno, ok, solo cambiaba el nombre destinatario y de remitente. ¿Este "profecional" no aprendió competencia discursiva en la universidad? También tenia horrores de ortografía.
Buenas AMA XxxxX°°°, en estos momentos le estoy escribiendo arrodillado frente a mi pc, como usted se lo merece
No hay dudas que llamo mi atención. Debe ser entretenido tener un sumiso contorsionista.
(....)
Segui revisando mi casilla y me encontré con otro común denominador. Los que se confiesan, que cuentan su historia con el BDSM y terminan diciendo disparates como que son el del Partido Humanista(?).
Como muy bien dijo un escritor: "Hay cosas que se confiesan con un sacerdote o con una prostituta". Como yo no soy ni sacerdote ni puta, las confesiones de desconocidos no me importan.
